Hay trabajos que, año tras año, siguen gustando y siguen llamando la atención, es el caso del soldado cascanueces.
Este año ha cambiado de destino y la verdad es que no ha escogido nada mal, ¿quién no querría pasar unas navidades rodeado de productos de la tierra y de calidad? Sobró media tarde para darme cuenta de que, en la carnicería «O Mosteiro», sus chorizos ahumados gozan de buena fama, si medio centenar de clientes entraron, medio centenar que los llevaron.
En esta decoración se buscaba, por un lado, minimizar lo máximo posible el espacio a ocupar y, por otro, presentar sus cestas navideñas de costilla, panceta, chorizos, etc.
Es decir, un regalo para el paladar.
Con este fin se sitúo el soldado en una zona libre de paso, que no entorpeciese ni a clientes ni a empleados, pero que a la vez sirviese de reclamo para la exposición de las cestas, usando, para ello, paquetes de regalos como base.
Con una cadena dorada y unas bombillas, se ambientó la zona del mostrador, evitando objetos de purpurina o decoraciones que entorpeciesen el ritmo de trabajo.
Y, con una guirnalda de luces, se unificó la zona de ventas.
Y no me despido sin antes recordaros que, en la carnicería «O Mosteiro», realizan envíos a domicilio, incluso de los productos más típicos de la navidad, como el cordero lechal, el rollo de ternera o el gallo casero, entre otras opciones.
Que este virus no nos impida poder disfrutar de uno de los grandes placeres de la vida.
¡Felices Fiestas y Bon Appétit!