Todo comenzó un viernes 13 de enero, salí del trabajo directa hacia el aeropuerto de Santiago de Compostela aterrizando en Barcelona cerca de las 00.00 h., después de un viaje en el aerobús y un par de paradas de metro, llegué a mi alojamiento dispuesta a meterme en cama para mi primer día en la escuela, dicho así, me recuerda a cuando, muchos años atrás, iniciaba el colegio con mis nuevos compañeros.

Tras una noche no muy buena, supongo que por el nerviosismo de enfrentarme a lo nuevo (nueva ciudad, nuevo curso, nuevos compañeros y, por supuesto, nueva cama ) y un par de líneas de metro después,  llegué a mi destino: la Escuela Superior de Escaparatismo, Visual Merchandising, Diseño e Imagen ÀRTIDI.

Aquello me sorprendió gratamente. Buenas instalaciones, buena bienvenida y, aunque aún es pronto para decirlo, buenos profesores y compañeros.

Tras mi primera clase salí de allí con los ojos como platos, en ella nos enseñaron trabajos realizados por antiguos alumnos, nos explicaron un poco los materiales utilizados y pasos a seguir para su realización.

Todo ello ayuda a concienciarte de dónde estás y a dónde puedes llegar, sales de la escuela con gran optimismo y con ganas de ponerse a trabajar.

Y, aunque por tratarse del primer fin de semana, fue un fin de semana ajetreado, el resto de las clases transcurrieron con total normalidad…..¿Normalidad?…creo que en este punto me equivoco….pues, en una de las clases, la entrada de dos lámparas y unas nalgas nos dejó un poco descolocados.

Se trataba de un trabajo realizado por alumnas de la escuela. Dicho trabajo consistía en hacer un escaparate animado donde las propias alumnas formaban parte del mismo y, por mi parte, ¡tienen un aprobado!

¿Con qué nos sorprenderán el próximo fin de semana?