Todos mis proyectos cuentan con un trabajo previo en el que valoro el espacio disponible para la decoración, público al que va dirigido, la elección de una idea original y distinta acorde con el negocio a intervenir y los materiales idóneos para ello; realizando un croquis del espacio en miniatura para, el día de montaje, evitar el mayor número de imprevistos posibles.
Pero, aun teniendo en cuenta todo eso, tengo que reconocer que tampoco me disgusta improvisar, no deja de ser un ejercicio de creatividad que nos ayuda a abrir la mente y a ser más resolutivos cara reveses futuros.
El escaparate de otoño de Visión XXI Ópticas ha sido uno de ellos; donde habas, botes, cestas, tamices de madera y retales de tela han sido la decoración facilitada para adaptar al espacio disponible.
Por ser un campo con el que estoy muy familiarizada, sé lo que me interesa destacar de cada producto/colección: el detalle en una varilla, la variedad de colores, formato, logo, etc.; buscando siempre utilizar la propia decoración como expositor para que el producto no se «pierda» dentro del escaparate.