¿Cómo hacer una máscara veneciana?
Lo primero, y más difícil, es encontrar a un amigo que haga de conejillo de indias.
Así que, os presento a Laura.
Esta jovenzuela de 18 años (según dice ella) fue mi compañera de equipo tanto deportiva como profesionalmente y, aún conociendo los leves riesgos de este experimento (depilación facial integral o taponamiento de las vías respiratorias) se animó a colaborar con la causa.
Tras embadurnarle con abundante vaselina todo el rostro y sujetarle bien el pelo con una cinta decidí, por precaución, taparle las cejas (medida necesaria para, en caso de salir mal las cosas, tener una oportunidad de contar mi hazaña)
Aplicación de la vaselina
Para empezar, cortamos la venda de yeso en tiras de diferentes tamaños; las más grandes para la zona de la frente, mofletes, nariz y barbilla y, las más pequeñas, para entrecejo y orificios nasales.
Las mojamos en agua y las vamos colocando bien estiradas sobre todo el rostro, ayudándonos con las yemas de los dedos para que el yeso quede bien extendido.
Es muy importante que, durante todo el proceso, la modelo esté bien quietecita, para que no se creen falsas arrugas o se despegue la venda del rostro.
Colocación de las vendas de yeso
Echamos varias capas hasta que veamos que queda consistente y esperamos a que seque.
Primera capa
Para acelerar el proceso de secado, podemos echar mano de un secador con aire frío.
Secado
En caso de que a la modelo le resulte muy incómodo permanecer tanto tiempo con el rostro en la misma posición, podremos hacer menos capas, aunque habrá que prestar más atención en el momento de extraer la máscara, pues podría deformarse o romper.
Una vez seca, le indicamos que empiece a hacer pequeños movimiento faciales para que, poco a poco, se vaya despegando y, con la ayuda de los dedos, la vamos soltando poquito a poco por los laterales.
Dejamos que seque bien y, en caso de no verla lo suficientemente consistente, se le aplican más capas.
Máscara de yeso
Añadimos un poco de aquaplast o yeso para tapar las pequeñas imperfecciones, lijamos y pintamos.
Máscara con yeso y lijada
Máscara terminada
«Juegos de Azar»
Una vez conocido el proceso, me animé a hacer lo mismo sobre mi rostro aunque, esta vez, sin tapar las cejas, total….. ¿qué podría pasar si echaba una buena capa de vaselina?
Así fue que, en el momento de extracción de la máscara, fueron los dos minutos más angustiantes de toda mi vida y, aunque tuve suerte de haber conservado mis pobladas cejas, la sensación de que todo iba pegado al yeso hizo que, antes de mirarme al espejo, prefiriese tocarme la frente.
Tengo que decir que, aún habiendo pasado tal angustia, el resultado ha merecido la pena.
«Juegos de Azar»
«Música»
La siguiente, junto con la de Laura, son mis preferidas.
Una, como ya he comentado, por ser la primera, que muy gustosamente le regalé a mi conejillo de indias.
Y, esta última, por el trabajo que me dio montarla y pintarla y, principalmente, porque me recuerda a mi abuelo, pues fue él el que me «ha regalado» las flores.
«Música»