41 perchas, 2 rollos de malla elástica tubular, 12 metros de red, 7 metros y medio de malla plástica verde y 175 bobinas de trapillo fue el material utilizado para la decoración del Revenidas 17.
No fueron pocos los que pensaron que el tapiz estaba tejido a máquina pero puedo asegurar que, cada uno de los trozos de trapillo allí colocados, fueron anudados uno a uno hasta cubrir sus 2 metros y medio de altura por los 2 metros y 35 centímetros de ancho.
La técnica utilizada (véase aquí) fue la misma que para las alfombras de trapillo realizadas con malla, para que le aportase consistencia, solo que el revés de la alfombra sería el derecho de la Revenida.
Dividida en tres tiras de 2 metros y medio cada una (siendo dos con un ancho de 1 metro y una tercera de 42 cm para compensar las uniones), se anudaron primero cada uno de las partes individualmente y, una vez terminadas, se enlazaron entre sí continuando el dibujo con la misma técnica.
Una vez tejida, se amarró con bridas a un marco de madera para colocarla verticalmente.
El mismo sistema se empleó para las dos sardinas que decoraban el escenario del parque de Doña Concha y una pequeña situada en uno de los árboles.
Para el diseño de los barcos se aprovecharon perchas de metal blancas transformadas y cubiertas con malla elástica tubular.
Lo que se buscaba con esta decoración era una consonancia con el diseño de la Revenida de David Lages, intentando utilizar materiales o técnicas que en cierta medida recordase a un ambiente marinero: nudos, redes, cuerdas…sin caer en la decoración propia de una fiesta temática y aplicando las imágenes de la cartelería.
Ya solo me queda dar las gracias a los que cada año están ahí al pie del cañón ya sea haciendo nudos, montaje, echando mano del mini-revenido para que pueda disponer de un poco más de tiempo, ¡incluso al mini-revenido! que, este año y a su modo, también dio el callo; a la actitud siempre positiva de Marinita de Corón; a Teo, Finita y Pepe de Lola a de ViÇente por las noches en vela, a Sé y sus gaviotas, a Rosa y su perspicacia y, finalmente, a la organización, a ese equipo Revenido que, un año más, confiaron en mí y me dejaron libertad total para las decoraciones, ¡este año arrasasteis!
Así que con el listón un poquito más alto y, esperando que cada año más y mejor…
¡a por las Revenidas 2018!
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